Un mundo feliz, o falaz? (V)

Hojas de helecho

Hojas de helecho. Diseño complicado y hermoso, verdad?

El camino a la Verdad

Creo que la principal tarea del Hombre es comprender la razón de su existencia. Por eso quedo extasiado cuando encuentro una de esas leyes que al ser aplicables a todo el Universo, parecen haber surgido en la mente y la voluntad de Dios.

¿Porqué los copos de nieve tienen esas figuras complicadas e irrepetibles que los caracterizan? ¿Cómo «sabe» una hoja de helecho qué forma debe tomar?

A veces la respuesta a una pregunta complicada es algo asombrosamente simple. Pero sólo los genios suelen verlo.

Benoit Mandelbrot (Polonia 1924 - +EEUU 2010)

Benoit Mandelbrot (Varsovia 1924 – +Cambridge, Massachusetts 2010)

Benoit Mandelbrot, judío polaco nacido en Varsovia en 1924 y fallecido en EU en 2010, es considerado el padre de los fractales. Él notó algo que la Naturaleza había «descubierto» varios miles de millones de años antes: que repitiendo patrones sencillos se pueden producir figuras increíblemente complicadas.

Dibujemos una figura plana siguiendo la siguiente receta:

   Alfabeto : F
   Constantes : +, −
   Axioma : F++F++F
   Reglas de producción:
   F → F−F++F−F

Aquí, F significa «continua dibujando», + «gira 60 grados a la derecha, y – «gira 60 grados a la izquierda».

El siguiente gráfico animado sigue fielmente dicha receta.

Animación del fractal Curva de Koch

Animación del fractal Curva de Koch

Pregunta: ¿A qué se parece la figura obtenida?

Respuesta: ¡A un copo de nieve!

Los «fractales» son objetos geométricos cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se repite a diferentes escalas.

Y para mí son, además, otro bello ejemplo de una de las leyes de la dialéctica: «la conversión de la cantidad en calidad».

Si exploramos la sencilla función Z = Z2 + C (la cual sólo utiliza una suma y una potencia en el ámbito de los números complejos) obtenemos figuras interesantes porque si las examinamos con un microscopio, por mucho aumento que le apliquemos al instrumento siempre encontraremos una rica estructura que nos sugiere la forma de «algo», quizás una hoja de helecho, o la cola de un hipocampo (caballito de mar), o tantísimos otros objetos de la naturaleza…

Figura de Mandelbrot - Cola de hipocampo

Figura de Mandelbrot – Cola de hipocampo. Nótese que esta figura es una ampliación de una partecita de la figura de abajo. Este hecho se repite por mucho que aumentemos la escala del dibujo. Algo que sugiere lo que sucede en el Microcosmos, en donde hasta ahora siempre se descubren componentes de la materia cada vez más pequeños.

Cuando definimos las matemáticas como «la ciencia de las estructuras» estamos yendo más allá de los meros números, para caer en una categoría filosófica mucho más amplia, abarcadora, y cercana a la idea de que todos los fenómenos están relacionados entre sí mediante reglas de misterioso origen pero de incuestionable validez. Una de las cuales parece ser: «la complejidad se obtiene repitiendo lo simple».

Como si la matemática nos indicara el camino a la Verdad.

Mmmm… interesante y sospechoso, no?

Símbolo del Yin y el Yang

Símbolo del Yin y el Yang

El otro camino a la Verdad

Aunque no soy un buen conocedor de las culturas asiáticas, siempre me han llamado la atención y he sentido un gran respeto por ellas. No puedo olvidar que cuando los occidentales aún vivíamos en cuevas, los orientales ya tenían arquitectura, medicina, agricultura, matemáticas, música, filosofía, comían con cubiertos, poseían hábitos de limpieza…

Fritjof Capra (Viena, 1939)

Fritjof Capra (Viena, 1939)

Fritjof Capra es un prestigioso físico teórico austriaco que además ha estudiado profundamente las filosofías místicas orientales: hinduísmo, budismo, taoísmo… En 1975 publicó «El Tao de la Física», que rápidamente se convirtió en un bestseller y ha tenido varias ediciones e infinidad de reimpresiones. En este libro él logra establecer un paralelo entre la Física Cuántica y las filosofías orientales. Su resultado es asombroso: los dos caminos parecen llevar al mismo lugar (lo que me hace pensar en aquella frase de que «Todos los caminos conducen a Roma»). Conceptos tales como movimiento y energía, relatividad del espacio-tiempo, principio de incertidumbre, dualidad onda-partícula, interacción a distancia… todo parece tener su equivalente en el mundo místico oriental, en donde las matemáticas y la lógica son consideradas herramientas poco confiables en comparación con la intuición. Con la diferencia de que ellos llegaron a sus ideas y conclusiones miles de años antes que nosotros.

Entre los elementos de filosofía oriental que más me llamaron la atención al leer dicho libro, está la existencia del Yin y el Yang. Concepto que se parece tanto a las leyes de la dialéctica de Hegel, que me hace dudar de su paternidad.

La influencia de esta idea entre los orientales es de tal magnitud, que forma parte de la bandera de Corea del Sur:

Bandera del Corea del Sur, explicada.

Bandera del Corea del Sur, explicada.

Consiste en que en la Naturaleza se dan con mucha frecuencia fenómenos en donde se pueden identificar dos fuerzas opuestas (el Yin y el Yang). La palabra «fuerza» en este caso no tiene un sentido literal, sino que se refiere a dos tendencias o entes de cualquier naturaleza, aunque también puede referirse a fuerzas físicas. En general, mientras las dos fuerzas estén equilibradas, el sistema continuará existiendo. Pero si por cualquier razón alguna crece exageradamente y amenaza con destruir el equilibrio del sistema, dentro de ella surgirá el elemento que la contrarrestará (de ahí que en la parte negra del símbolo haya un circulito blanco, y en la parte blanca uno negro).

No he conocido algo más cercano a la ley de «Unidad y Lucha de Contrarios» y a la «Negación de la Negación» que este concepto del Yin y el Yang. Son los mismos principios de la Dialéctica de Hegel, pero con nombres asiáticos y pertenecientes a culturas milenarias, muy anteriores al siglo XIX.

Por cierto, inmediatamente me vienen a la cabeza las ideas del «Materialismo Histórico» cuando mis profesores de marxismo, con actitud prepotente y doctoral como si hubieran descubierto el agua tibia, explicaban que la sucesión de estilos de sociedad (sociedad primitiva-esclavismo-feudalismo-monarquía-capitalismo-socialismo-comunismo) se explicaba fácilmente utilizando la dialéctica, argumentando que cuando las «relaciones de producción» entraban en contradicción con las «fuerzas productivas», siempre se producía un rompimiento, es decir, una revolución. Lo cual por cierto, justificaba la inevitabilidad del comunismo, el cual como el Tercer Reich, estaba destinado a durar 1000 años. Lástima que al final sucedió como al experto en aerolitos al que lo mató uno de ellos cuando sin ninguna advertencia previa, le cayó en la cabeza.

Así que Marx se lo robó a Hegel, el cual se lo robó a los orientales! Así es la vida. En fin, me imagino que muchos pensarán en la vieja frase: «El que roba a un ladrón… tiene 100 años de perdón», jejeje…

Ahora, tratemos de aplicar estos conceptos a algo más actual: la economía.

Mapa de México, hecho con monedas

Mapa aproximado de México, hecho con monedas

Los pros y contras de la economía de mercado

La efectividad de la libre empresa siempre me ha maravillado. Comprendo que es algo difícil de notar para los que no han vivido en el reverso de la medalla, es decir, en la «economía planificada» del comunismo, porque no tienen  contra qué comparar. Mi asombro proviene del hecho de ver cómo de manera natural, sin que ningún burócrata se lo haya propuesto, yo puedo bajar -de día o de noche- desde mi apartamento hacia la calle, y sin recorrer más de 100 metros comprar frutas, carne, verduras, leche, pan, queso… en fin, casi cualquier alimento. Y si estoy dispuesto a recorrer poco más de 1 kilómetro, la lista incluye ropa, zapatos, televisores, refrigeradores, teléfonos y otra infinidad de aparatos eléctricos, artículos de plomería, electricidad, materiales de construcción, gasolina, muebles, flores, adornos, excursiones turísticas, pasajes de avión… la lista es prácticamente infinita.

Eso no es cualquier cosa, teniendo en cuenta que yo vivo en un agrupamiento urbano de unos 24 millones de personas y que no disfruto de un estatus especial dentro de mi comunidad sino que todos tenemos más o menos las mismas condiciones.

Y lo mejor es que NADIE lo planificó. Es decir, esta magnífica red de distribución de servicios y bienes de consumo de la cual yo disfruto junto con el resto de mis conciudadanos y que me brinda la oportunidad de adquirir fácilmente desde una caja de cerillos hasta un automóvil o un seguro de vida sin moverme demasiado lejos de mi casa, se hizo sola. O más bien, sólo obedeciendo a las leyes de mercado, de la oferta y la demanda. Para mí, éste es el mejor argumento para creer y admirar a la libre empresa.

Si comparamos esas condiciones contra las imperantes hasta hace unos pocos siglos, en donde si tu necesitabas un par de sandalias tenías que comenzar por matar al animalito del cual ibas a utilizar su piel, para luego curtirla, cortarla y coserla, creo que convendrás en que tenemos suerte de vivir en esta época y no en la anterior.

2015-07-19 15.30.22Incluso sin ir siglos atrás, los que tenemos la experiencia de haber vivido en el comunismo del Fifo, sabemos bien lo que es pasarse el día corriendo detrás de los alimentos o los artículos industriales. Lo cual además de ser producto de la ineficacia básica de la economía planificada, también es utilizado por los regímenes que la generan como un método para evitar que te dediques a intentar subvertir el estatus quo. Porque o inviertes tu tiempo en tratar de alimentarte o en conspirar, pero es muy difícil hacer las dos cosas a la vez. Y eso lo saben bien los comunistas.

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Pero desgraciadamente y como es frecuente en este mundo, tanta maravilla tiene un precio: dicha red es frágil. Y lo peor es que dependemos de ella ya no digamos que para vivir bien, sino para vivir a secas.

Por ejemplo, se imaginan que por un problema de precios de repente no hubiera petróleo o costara 10 ó 20 veces más que ahora? Sencillamente, todos moriríamos. Ni luz, ni agua, ni transporte, ni comunicaciones, ni alimentos… en fin, el caos.

El problema es que no estamos hablando de un caso imposible: varias veces en el último siglo hemos estado a punto de una situación parecida. Y siempre el culpable es la necedad del Hombre, su estupidez o su ciega ambición que lo induce a cortar la rama del árbol en donde está sentado…

Creo que ya es hora de que admitamos que si bien una economía planificada es siempre un fracaso, una economía totalmente desregulada también es un peligro. Y grande.

Buscando analogías con los temas anteriormente tratados, la complejidad de la economía es grande, pero surge de la repetición a infinitos niveles de un principio básico bien sencillo: la oferta y la demanda. Tan sencillo como la fórmula de Mandelbrot que da lugar a las complejas figuras que vimos anteriormente.

¿Verdad que en cierto sentido este mundo es un pañuelo? Jejeje…

El problema quizás esté en el hecho de que si practicamos la libertad absoluta, tanto se aprovecharán de ella los buenos, como los malos. Y los malos son bien malos y bien inteligentes -al menos para las trampas- digo yo.

Luego no podemos dejarlos con las manos totalmente libres, porque la mayor parte de las veces terminan por hacer las pendejadas que nos llevan a las crisis económicas que ponen el mundo de cabeza. Y al final, ellos siempre logran escapar al castigo. Y nosotros nos quedamos pagando los platos rotos, es decir, convirtiendo en deuda pública el déficit resultado de sus crímenes, con el argumento de que peor nos iría si las grandes industrias del país quebraran.

Mercado

Mercado

El Yin y el Yang en la economía

Hasta donde yo puedo ver, desde el punto de vista económico los gobiernos se balancean entre dos ideales: controlarlo todo o su opuesto, libertad absoluta. Cuando intentan controlarlo todo -supuestamente en aras del «beneficio colectivo», como dicen los comunistas- el resultado es la miseria colectiva y la paralización y el hundimiento de la sociedad. Cuando por el contrario, dejan que el mercado «se regule solo», es decir, cuando no controlan nada, llegan los hijoeputas y no paran hasta armar un pedo mayúsculo de los conocidos con el nombre de «crisis financiera»,  en donde todos -excepto ellos, claro- salimos perdiendo nuestros ahorros y nuestras propiedades.

Entonces, ¿qué deberíamos hacer?

Para mí está claro que tomando idea de la filosofía del Yin y el Yang, habríamos de instaurar un sistema que tuviera un balance entre regulaciones y desregulaciones. Es decir, libre empresa pero sin dejar que se formen monopolios.

Algunos me dirán que ése es precisamente el que existe en muchos países libres. Pero entonces, porqué de vez en cuando se descubren escándalos como el de Enron? O el crack bancario de 1929?  O la crisis financiera del 2008? O porqué el cuando yo era niño el oro era el patrón monetario y estaba a 35 dólares la onza y hoy está a más de 1000? Y porqué la deuda externa de muchos países -incluyendo EU- es comparable a su PIB, lo cual es como decir que Ud debe un año entero de renta, y sigue gastando y comprando pendejadas a lo menso?

Todos estos hechos no indican un desplazamiento hacia el fracaso, hacia la bancarrota?

No, señores. Yo no hablo de lo que dicen las Constituciones, las leyes, los reglamentos o las opiniones de los supuestos «expertos» que a última hora siempre escurren el bulto. Yo estoy hablando de lo que dice la Historia, la práctica, en fin, la realidad, no la teoría.

Ya en otra parte he hablado del endeudamiento sin fondo de los gobiernos. Se ha convertido en «LA» forma de gobernar. Actualmente cuando hablan de «ajustar la balanza de pagos» lo que quieren decir es disminuír la deuda, no eliminarla. Y eso es sencillamente una falacia (ya ven porqué el título de esta saga?).

El problema es que mientras no hagamos lo que tenemos que hacer (es decir, dejar de gastar más de lo que producimos) seguimos sentados alegremente sobre un barril de pólvora. Porque hay quien piensa en la guerra como un reactivador de la economía, idea tonta que ya causó dos Guerras Mundiales el siglo pasado. Y sospecho que esta vez será la última.

Homo Neanderthalis

Homo Neanderthalis

Dicen que contestando a la pregunta de un periodista Einstein explicó que él no sabía qué armas se usarían en la Tercera Guerra Mundial, pero que sí estaba seguro de las que se usarían en la Cuarta: palos y piedras, porque con la Tercera desaparecería cualquier vestigio de civilización. Y yo no quiero eso para mis hijos y nietos.

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Rescate FOBAPROA

Rescate FOBAPROA (FO-ndo BA-ncario de PRO-tección al A-horro)

El FOBAPROA

Desde hace muchos años, las crisis económicas mundiales van y vienen con una especie de movimiento pendular entre dos tendencias opuestas: la privatización y la nacionalización. Lo cual, por cierto, no me produce ninguna sensación de seguridad, estabilidad o conocimento de los mecanismos monetarios por parte de las autoridades, sino más bien de ignorancia y prepotencia.

En México -para comenzar en algún punto- durante el gobierno de José López Portillo (1976-1982, más conocido irónicamente por el pueblo mexicano como «El Perro» por su famosa frase «¡Defenderé el peso como un perro!» pronunciada en un discurso plagado de sollozos de vergüenza y buenos propósitos, exactamente un día antes de la espantosa devaluación de 1982) se produjo la nacionalización de la banca y algunas otras industrias importantes, además del control del tipo de cambio.

Luego, en la siguiente elongación pendular, durante el gobierno de «El Pelón» (Carlos Salinas de Gortari, presidente de México de 1988 a 1994 y calvo de bola, de ahí su apodo) se privatizaron de nuevo muchas empresas estatales. Entre ellas, Telmex (Teléfonos de México) y los bancos. Aunque hubo sospechas de que el propio Salinas compró a través de un testaferro las mismas industrias que estaba vendiendo como Jefe del Ejecutivo, creo que en principio, esa medida no estuvo mal. Se por experiencia que el Estado es ineficiente por naturaleza y aunque imprescindible en algunos aspectos, es mejor que tenga un papel regulador y no ejecutor.

Sin embargo, los bancos privados especularon sin control y en pocos años -prestando dinero a lo pendejo- lograron quebrar el sistema financiero mexicano. Esto sucedió en 1994, al comienzo de la gestión presidencial de Ernesto Zedillo (1994-2000). Como sin préstamos la economía fallece, hubo que «rescatarlos», es decir, darles dinero. Y no fueron tres pesos, sino unos 552,000 millones, un 40% del PIB de 1997. Vaya, «una buena lana», para decirlo en el caló mexicano.

Pero detrás de los bancos siempre caen los industriales, y pronto se formó una colita de empresarios quebrados reclamando su correspondiente tajada. Que fue de unos 9,200 millones de dólares, repartidos entre 54 de las susodichas empresas, las más importantes para el pais. Una verdadera «piñata» en el más nicaragüense de los sentidos.

Todo este dinero salió del FOBAPROA (FO-ndo BA-ncario de PRO-tección al A-horro) una institución creada en 1990 por el estado mexicano precisamente con el propósito de rescatar el dinero de los cuentahabientes mexicanos si tenían la desgracia de que su banco quebrara. Sólo que esta vez los beneficiarios fueron los mismos culpables de la crisis, los cuales agarraron el dinero y no dieron ni las gracias.

Para colmo, en 1998, Zedillo propuso -y el Legislativo aprobó- convertir la deuda del FOBAPROA en deuda pública. Con lo cual, como siempre, los que acabamos pagando las pendejadas de los banqueros, los industriales y los políticos, fuimos nosotros, los de abajo. Es decir, la Ley del Embudo: «lo ancho pa’mí, y lo estrecho pa’tí». ¡Qué hijoepuuuuuuutas!

Por supuesto que se llevaron entre las patas los ahorros de muchísima gente. Las rentas de casas y apartamentos se duplicaron y triplicaron de la noche a la mañana. El peso se devaluó más o menos a la tercera parte de su valor antes de la crisis, y los intereses de las hipotecas y otras deudas se fueron por las nubes.

Recuerdo un caso que aunque ridículo, no deja de ser interesante: hubo una señora que unos meses antes de la crisis había depositado en una cuenta de ahorros unos 50 mil pesos. Pese a que la inmensa mayoría de las personas se vieron en la necesidad sacar todo su dinero para pagar deudas, por alguna razón aquella señora no movió su cuenta durante la crisis. Y como en aquel período los intereses de las cuentas de ahorro sobrepasaron el 100% mensual -tan necesitados estaban los bancos de efectivo- resultó que cuando la señora quiso retirar su dinero, el monto total de su cuenta más los intereses acumulados sobrepasaba en mucho la suma total del dinero de TODOS los bancos del país. Es decir, sencillamente no había cómo pagarle a aquella mujer. Los bancos habían caído en su propia trampa: el interés compuesto y la función potencia. Creo que al final llegaron a un acuerdo y le pagaron unos pocos miles de millones, pero nunca la suma que le hubiera correspondido.

Luego, utilizando la manida y estúpida receta para reparar el desprestigio, le cambiaron el nombre al FOBAPROA y lo rebautizaron con el de IPAB (I-nstituto para la P-rotección del A-horro B-ancario). Como si con un cambio de nombre se pudiera esconder bajo la alfombra tanta desvergüenza.

Monedas mexicanas de plata

Monedas mexicanas de plata

La plata, una posible solución?

Hay cosas tan evidentes que me hacen pensar mal. En un artículo muy anterior a éste, me referí al problema de las drogas y su posible solución. En resumen, lo que decía allá es que si Ud conoce de alguien que se empeña en tomar la misma medicina durante 50 años sin obtener el menor indicio de mejora sino claros signos de empeoramiento, ¿qué pensaría? Yo pensaría una de dos: o es un imbécil, o por alguna razón le conviene estar enfermo. No se me ocurre una tercera opción.

Gran parte de las crisis financieras actuales se deben a algo llamado «especulación», consistente en una especie de lotería de la suerte y la inteligencia, en donde los especuladores tratan de comprar barato y vender caro aprovechando su conocimiento y las posibles consecuencias de cualquier cosa: una plaga, un descubrimiento, una nueva tecnología, un ciclón o un terremoto, una crisis política, una mentira… La diferencia entre un especulador y un industrial, es que el industrial produce algún bien o servicio tangible, mientras que el especulador no produce nada.

Otra diferencia: el industrial para comenzar a producir, debe invertir su dinero para montar una industria o una empresa de servicios. En ese proceso, mueve la economía y produce puestos de trabajo, etc. El especulador no debe arriesgar nada ni le da trabajo a nadie. Sólo debe usar su habilidad para comprar -muchas veces con el dinero de otro- y/o vender en el momento indicado. O para fabricar «productos virtuales» como los famosos paquetes de hipotecas subprime, que nos llevaron a todos al baile en la crisis financiera del 2008.

Como habrán podido darse cuenta, no me gustan los especuladores.

Lo malo del asunto es que la especulación está demasiado cerca del mecanismo básico de la economía: la oferta y la demanda. Luego si pudiéramos publicar un edicto erradicando la especulación, posiblemente erradicaríamos de paso toda noción de comercio y haríamos más mal del que pretendemos solucionar.

Sin embargo, creo que existe la posibilidad de atarle un poco las manos a los especuladores sin estropear totalmente el mecanismo de la oferta y la demanda: regresar al dinero respaldado por un material: oro, plata, platino, diamantes… en fin, lo que sea, pero algo tangible. Me explico:

Casi sin darnos cuenta, en los últimos 50 años el respaldo del dinero cambió de ser sólidos lingotes de oro almacenados en la bóveda de un banco estatal, a ser la intangible credibilidad en la fuerza económica de un país. Es lo que llaman «flotabilidad» de la moneda y nos lo vendieron como un gran invento. En principio no parece tan mal, pero tiene un aspecto demasiado peligroso y tentador: imprimir billetes es relativamente fácil, junto con el hecho de que el prestigio puede desaparecer en segundos luego de un escándalo, un desastre natural, una guerra, etc. Y el oro no, siempre estará ahí.

En mi opinión esto ha favorecido la proliferación de crisis económicas e inflación que hemos visto en los últimos años: ¿Hace falta más dinero para especular o pagar letras vencidas? Pues a imprimirlo!…

Lo cual, naturamente, sería cuando menos más difícil de hacer bajo el esquema de un patrón monetario basado en algún material tangible.

México, en particular, cuenta con las reservas de plata más grandes del planeta. Así que no saldríamos tan mal librados si regresamos al patrón plata. Porqué no lo hacemos? Bueno, podrán decir que pertenezco al grupo que achaca todos los males a un «complot», pero desgraciadamente no me queda más remedio que pensar mal: no lo hacen, porque los que controlan la economía se benefician del estado actual de las cosas. Es decir, los gobiernos están penetrados totalmente por los especuladores, que son los malos de la película aunque pretendan ser inocentes angelitos. Queda claro?

Claro que no puedo afirmar que TODOS los funcionarios de un gobierno sean corruptos. Pero sí decir que la influencia de los malos es tan grande como para que la resultante (en el sentido del álgebra vectorial) apunte claramente hacia la corrupción.

Tampoco debemos permitir que ante la situación actual nos invada el desánimo. Los ideales siempre están ahí, al alcance de la mente. No permitamos que los hijoeputas nos los arrebaten. Ni olvidemos que la primera condición para alcanzarlos, es creer en ellos. Las cosas pueden y deben ser mejor de lo que son.

Y con esto, creo haber explicado mis nociones de cabo interino sobre economía. Me podrán tachar de ignorante, de que no comprendo nada de los complicadísimos mecanismos sobre los que hablo, de que es mejor dejarle esas cosas «a los que saben», etc.

Pero «los que saben» son los que nos han metido en este mierdero del que no sabemos salir, no?

Pues que se aguanten y me oigan.

Aristóteles (384-322 a.C.)

Aristóteles (384-322 a.C.)

O por lo menos, que oigan al gran sabio Aristóteles cuando dijo:

«Cunde lamarum evacuatoriom est, veerdi guaava non restringerin annus»

Lo cual, traducido al sabroso caló cubano, quiere decir que «Cuando el mal es de cagar, no valen guayabas verdes». Está claro?

Continuará…

 

Acerca de azayas48

Físico médico, programador de computadoras. Fan de Visual Basic y SQL. Cubano por nacimiento, mexicano por naturalización y por corazón.
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4 respuestas a Un mundo feliz, o falaz? (V)

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  2. Ada dijo:

    Azayas… Descubrí su blog navegando al azar en Internet, como muchas cosas buenas que se hallan practicamente por un golpe de suerte. Lo felicito de todo corazón, he aprendido tanto con sus textos, creo que (como casi todo cubano que se haya formado en las escuelas y universidades post-revolución) mis conocimientos sobre Política, Economía, Historia, etcétera, eran muy incompletos y a veces abstractos… (ningún profesor me había explicado tan magistralmente los entresijos de la Economía Política) estoy segura que más que un agudo observador y una persona muy inteligente, es usted esencialmente un Maestro. De más está decirle que espero con ansiedad cada una de sus entradas, que leo una y otra vez muchas ellas, y que me siento afortunada de haber podido encontrar, en este mar revuelto y a veces oscuro de la red, un sitio excelente, como este suyo, donde se puede encontrar sabiduría, buen humor… mucho y bueno que no es decir poco. Sí hay solo un puñado de personas como usted en este mundo, entonces estamos salvados. Gracias.

    P.D. Tengo un sobrino graduado de la Biofísica Medica en la Universidad de Oriente, chico inteligente y listo donde los haya, hace poco concluyó su Maestría y la tesis de la misma estuvo relacionada con los fractales. Mucha información al respecto tuve que buscarle e imprimirsela a escondidas en mi trabajo en Cuba y luego hacérsela llegar o él venir a La Habana a buscarla, porque, como diría usted, no tenía una cabrona conexión a Internet. Se sacó un cinco magistral… Je,je,je.

    • azayas48 dijo:

      Hola, Ada. Con unas cuantas lectoras como tú, termino con el Nobel de Literatura en las manos, jejeje… Ahora en serio: muchas gracias, me da mucho gusto conocerte y que te haya gustado mi blog. Aunque no lo creas, escribir es en mi caso una magnífica diversión y una necesidad imperiosa para mi equilibrio emocional e intelectual. Por suerte, la tecnología me ha permitido hacerlo. Comparto mi tiempo entre leer, escribir, trabajar, y hacer ejercicios en un gimnasio. Creo que fue Martí el que dijo que para que un hombre estuviera completo, debía tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Bueno, hijos tengo tres (dos hembras y un varón); árboles he sembrado más de la cuenta en Isla de Pinos, cuando al Fifo le dio la locura de los cítricos, allá por los años 65-67; y ahora tengo mi blog, así que estoy completo. Por favor, me saludas a tu sobrino. Un abrazo, Alfredo.

  3. Cesar Rodriguez dijo:

    Un saludo de un compatriota desde Chile. Me gusta tu estilo se me hace muy agradable y familiar, tambien tu leccion de economia, asi se entiende mejor. Le pusiste la tapa al pomo con el refran cubano en latin, me lo voy a aprender para joder un poco entre compatriotas (aqui no hay guayabas ni conocen sus propiedades) Te seguire leyendo.

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