¡Ay!, esos indiscretos archivos…

Cartica del niño Fifo a Franklin D. Roosevelt, presidente de los EU

Yo no pretendo la primicia. La noticia es vieja, pero no puedo sustraerme al placer de comentarla. Cuando la encontré, pegué un salto en el asiento: ¡Por tu madre, pero si esto es un verdadero tesoro para un psicólogo de adolescentes! -pensé-.

A ver, disfrutemos de la carta en su proto-inglés infantil:

Santiago de Cuba
Nov 6 1940.
Mr. Franklin Roosvelt
President of the United States.

My good friend Rossvelt:

I don’t know very English, but I know as much as write to you.

I like to hear the radio, and I am very happy, because I heard in it, that you will be President for a new (período)

I am twelve years old. I am a boy but I think very much but I do not think that I am writting to the President of the United States.

If you like, give me a ten dollars bill green american, in the letter, because never, I have not seen a ten dollars bill green american and I would like to have one of them.

My address is:
Sr. Fidel Castro
Colegio de Dolores.
Santiago de Cuba
Oriente. Cuba.

I don’t know very English but I know very much Spanish and I suppose you don’t know very Spanish but you know very English because you are American but I am not American.

(Thank you very much)
Good by. Your friend,

Fidel Castro

If you want iron to make your sheaps ships I will show to you the bigest (minas) of iron of the land. They are in Mayarí, Oriente, Cuba.

Lo malo de que algún documento ridículo escrito por tí esté en el Archivo Nacional de los EU y no posea la característica de «Top Secret«, es que no puedes evitar que la gente lo lea. Y me imagino que al enterarse -hace muchos años- que su cartica fue descubierta dentro de esa inmensa mole de información, el Fifo se haya sentido como mariposa atravesada por alfiler en el cajón de un entomólogo, es decir, sin opciones.

Colección de insectos

Quién sabe cuántas perlas de información similares continúen durmiendo en dicho lugar -protegidas por el anonimato que brinda la masividad- esperando por su príncipe azul que las saque a la luz.

Antes de entrar a analizar la cartica, quisiera hablar sobre un par de aspectos que me resultan evocadores:

Caligrafía Palmer

En primer lugar la caligrafía Palmer, inconfundible porque yo también la sufrí (no estudié en Dolores, pero sí en el Colegio de Belén en La Habana -unos 15 años después que el Fifo- y los dos eran manejados por la Compañía de Jesús). Aceptemos que para su edad, no lo hacía tan mal, aunque siempre la Palmer me pareció un tanto ampulosa.

El Fifo en el Colegio de Dolores. Es el zoquete que tiene carita de burla y está chupando una chambelona

Otro aspecto evocador son las camisitas de tenues rayitas azules con que están vestidos todos los niños de la foto y que son iguales a las que yo usaba, que más bien parecían de lechero (en ese tiempo los lecheros vestían de uniforme) y que invariablemente terminaban el día por fuera del cinto, manchadas de barro y hechas un asco por los juegos de futbol -los curas eran en su mayoría españoles y verdaderos fanáticos de ese juego- y por el horrible calor.

Pero pasemos a comentar el texto, que es lo sabroso del caso. Comencemos con el destinatario. El nombre del presidente era Franklin D. Roosevelt. El Fifo se comió una letra: Roosvelt, y lo hizo dos veces, así que no parece un simple error. Se podrá argumentar que era un niño. Ok, sí, pero un niño bastante tarajayudito que no se tomó el trabajo de comprobar el nombre de su destinatario. Debería saber que el inglés no es fonético, aparte de que los apellidos nunca responden a reglas ortográficas. No me parece el trabajo de alguien cuidadoso.

Dejemos de lado la confiancita del saludo («My good friend Roosvelt«) -propio de un pichón de fresco- y también el inglés macarrónico («I don’t know very English«) para hablar de algo más importante: «I am twelve years old«. Ya esto es una franca, monda y lironda MENTIRA. Si tenemos en cuenta que la carta fue escrita en noviembre de 1940 y que el Fifo nació el 13 de agosto de 1926, no tenía 12 sino 14 años. Ahora bien, ¿porqué miente al decir su edad? Para mí, la respuesta más probable es que quitándose la edad está preparando el terreno para tener más posibilidades de ser satisfecho en la siguiente de sus locuras: pedirle un billete de 10 dólares a Roosevelt (Freud seguramente diría que ahí está el origen de su odio a los yanquis -porque por supuesto, Roosevelt no se los mandó-).

Otro rasgo de su carácter lo encontramos en la frase «I think very much» (¿de veras?) y en el galimatías que formó al tratar de explicar que «I don’t know very English but I know very much Spanish…«. Eso es un magnífico ejemplo de lo que en español castizo se llama ser presumido.

Así que descuidado, confianzudo, mentiroso, ventajista, pedigüeño y presumido. ¡Habráse visto semejante bellaco!

Franklin D. Roosevelt

El no tiene empacho en pedirle 10 dólares a Roosevelt, pero años después metió preso a muchísima gente por «tráfico de divisas», una nueva figura delictiva inventada por su demencial maquinaria judicial y consistente en tener dólares en el bolsillo, aunque fueran ganados honradamente. ¡Muy bonito! Eso es lo que se llama la Ley del Embudo: lo ancho pa’mí y lo chiquito pa’tí. Un verdadero ejemplo de justicia socialista.

Pero donde rompió el bate fue en la postdata. Así que ya estaba pensando en vender lo que no era suyo. Ahí se ven venir sus delirios de gran estratega económico a lo Cantinflas, que con el pasar de los años ha hundido a Cuba en el caos y la miseria. ¡Ah, si los curas del Dolores hubieran tenido un buen psicólogo infantil en su plantilla, cuántos sufrimientos nos hubiéramos ahorrado!.

Minas de Moa

Quede dicho documento en los anales del ridículo y como demostración incuestionable de que Diosito nos avisó con tiempo. Nosotros fuimos los pendejos que nos dejamos.

Acerca de azayas48

Físico médico, programador de computadoras. Fan de Visual Basic y SQL. Cubano por nacimiento, mexicano por naturalización y por corazón.
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3 respuestas a ¡Ay!, esos indiscretos archivos…

  1. Alfredo Zayas Jr. dijo:

    Pipo, 
    No sé si sea el documento original pero yo he visto esta carta con mis propios ojos en la oficina de intereses en Cuba. Está situada en la sala de espera donde los cubanos son atendidos cuando quieren emigrar o visitar los EUA. Por cierto tienen un mapa de Cuba con todas las prisiones activas. Me llamó la atención (aunque no me sorprendió) que habían más puntitos en el mapa que esferas en mi arbol de navidad… Sigue escribiendo!! Me gustan tus artículos…Un beso, Papo.

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